UN POLÍTICO EJEMPLAR

José Mújica, presidente de Uruguay. El político gobierna su país razonablemente bien. Los indicadores económicos no son malos, el índice de desempleo es muy bajo y el nivel de felicidad de los uruguayos es de los más altos del mundo, según The Economist. Dentro de la lista de países con menos corrupción, el suyo aparece en los lugares más altos, y es el más transparente de Sudamérica. Dentro de esta lista de Transparency International está también por encima de España.
Su hogar es una sencilla casa sin excesivos lujos y dona parte de su sueldo como presidente. Pero una cosa si es segura, no es un político corrupto.
No es de pretender que nuestros políticos vivan como Mújica. que vayan del extremo de privilegios en que están al otro. No es eso, pero si que lo tomen como ejemplo en el sentido que utiliza su cargo y su verdadera vocación política para mejorar la situación de sus ciudadanos y o para enriquecerse. Y seguro de que cuando deje el cargo no formará parte de ningún consejo de administración de una empresa internacional o de un banco. José Mújica, un ejemplo.