
Parece ser que varios jugadores con contrato en vigor, comunicaron al Presidente su intención de rescindir sus contratos si Luis César seguía en el banquillo. Sea verdad o no, es evidente que algo gordo ha sucedido.
La marcha del técnico supone que el Lugo tendrá que buscar nuevo inquilino que supone el cuarto de la era Saqués. Está claro que la estabilidad en ciertas parcelas del engranaje de un club es importante. En estos momentos el encontrar un entrenador tampoco será un problema mayor. Ahora es momento de la rumorología. Lo importante será acertar tanto en el técnico como en la confección de la plantilla, que un año más y como de costumbre será de una remodelación profunda.
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