El Lugo 18/19 sigue sin arrancar. El nuevo experimento de Javi López con la entrada de Vieira, Aburjania y Escriche en el once inicial no variaron nada la mala imagen del equipo. Desordenados y faltos de organización defensiva, defectos que volvieron a relucir en el Ángel Carro.
Aunque esto acaba de comenzar, es necesario que el equipo cambie de dinámica, la sangría de goles encajados, 1,6 por partido, es una cifra muy elevada, y con estos números el camino a recorrer se haría muy tortuoso y con un final que nadie desea.
La plantilla rojiblanca es competitiva, confeccionada bajo los parámetros económicos de la Liga. Quizá se esperaba más de las nuevas incorporaciones, pero es lo que hay. La recuperación de Campabadal y la puesta a punto de Ramón Azeez es vital de necesidad, con ellos el equipo ganará musculo y mayor consistencia defensiva.
Los encuentros con Zaragoza y Mallorca tienen que marcar un antes y un después. No serán rivales fáciles, pero jugando ordenados y con máxima concentración seguro que los resultados llegarán.
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