El empate conseguido por el Lugo en Santo Domingo, un campo difícil para los rojiblancos, hace que por sexta jornada consecutiva no conozca la derrota. Pero mirándolo desde otra perspectiva, la verdad es que el comportamiento del equipo en ciertas facetas del juego deja varias dudas.
Está claro que la actitud del equipo cuando juega a domicilio, su fútbol no enamora, da la impresión de que el equipo no se lo cree y que no es capaz de dar un paso adelante.
Los dos últimos resultados cosechados ante Valladolid y Alcorcón es de reconocer que son positivos, pero al mismo tiempo dejaron cierta incertidumbre ya que las circunstancias del marcador y de los partidos eran propicias para obtener la victoria. El equipo transmite la sensación de fallar en soluciones colectivas, no saber aguantar de un marcador favorable ni manejar los tiempos de partido.
La frustración de perder en los últimos minutos es muy dura. Es indudable que esto hay que trabajarlo.
Por lo tanto, siendo conscientes de que el objetivo marcado es llegar a los 50 puntos, lo cual de momento va bien encaminado, también hay que tener en cuenta que la competición es muy larga y con muchos altibajos por lo que, regalos los mínimos.
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