Viendo la entrevista de Esperanza Aguirre en Antena 3, parece que esta señora está viviendo en Venezuela. De su boca salía constantemente la expresión "Aló, Pablo", afeando a los políticos que dirigen medios de comunicación y al mismo tiempo atribuyéndole este comportamiento a un oponente político. La presentadora del programa no se amedrantó por el intento de intimidación de una persona que se comporta como una energúmena y que hace virtud de sus pecados, los mismo ante un cajero de la Gran Vía que en un programa de televisión.
Cuando dice que va a hablar con el dueño de la cadena, da una explicación práctica de lo que significa libertad de manipulación y probablemente de lo que significa la casta. Estamos hablando de la misma persona que ha derruido la televisión pública madrileña para hacerla "independiente", y ha conseguido independizarla de la realidad.
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