Con corbata o sin corbata. Con traje o sin traje. Con mirada perdida. Revolucionarios o inmovilistas. Unos y otros. Todos los días, ofreciendo argumentos y promesas con el fin de que la balanza se incline a su favor. Todos con un pan bajo el brazo, hasta ahí todo "relindo". Más tarde llega la hora de la verdad. Hay que tomar decisiones y afrontar los problemas. En ese momento unos y otros se dan cuenta de que la cosa no da pan para todos. Los dirigentes de turno comienzan a gobernar, los programas se van al cajón de los olvidos, hasta que los nubarrones desaparezcan. Cositas por aquí, y por allí, lo importante, salir del paso. Como no, les da tiempo a cambiar leyes, para ir construyendo un país a su medida, como si este país fuese una finca privada. En fin...
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