El equipo rojiblanco tuvo claroscuros, como la mayoría de los equipos y altibajos, como la practica totalidad de conjuntos. Once meses de competición dan para mucho. Pero lo que hay que resaltar es que el equipo logró la salvación o permanencia más cómoda de todo el cuatrienio en fútbol profesional.
Esto le permitió mirar hacia arriba. Pero en este apartado, hay que ser fríos para ponderar las cosas. Pasar de luchar por no ser el 19 de la categoría a ser 6º hay un abismo de 13 puestos, 15 equipos y mil detalles.
Para una parte de la afición la temporada se ha quedado corta y seguro que tienen muchas razones por las oportunidades que tuvo el equipo por pelear por algo ilusionante. Pero también es verdad que el Lugo no partía como uno de los equipos que aspiraba de una forma directa al playoff.
Una temporada compleja con cambios en el funcionamiento, propiedad, consejo, staff, cuerpo técnico y gran parte de la plantilla, pero en la que se ha cubierto el objetivo con la salvación y hasta con comodidad.
De cara a la próxima temporada, la segunda del actual Consejo, una de las asignaturas pendientes la tiene la afición. Por encima de quien presida la entidad, de quien tenga la propiedad del club, está el CD LUGO. No se debería convertir el Ángel Carro en un plebiscito cada partido del equipo.
Se supone que a todos los seguidores y por encima de diferentes opiniones o criterios, lo que interesa es que el equipo siga en el fútbol profesional ¿o no?
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