jueves, 5 de junio de 2014

BRUSELAS, EL CHIVO EXPIATORIO

Muchos Gobiernos eluden sus propias culpas señalando a Bruselas. Muchos ciudadanos perciben que ahí se toman decisiones que afectan a sus vidas, también que Bruselas carece de sensibilidad y cercanía respecto de sus problemas cotidianos. Bruselas es el chivo expiatorio y parece que todo el mundo está contento con este reparto de papeles. Pues bien, todo lo que se decide en Bruselas es decidido por los Gobiernos de los Estados miembros y/o en colaboración con un Parlamento Europeo compuesto por políticos de esos Estados. Las instituciones europeas son el lugar donde los políticos nacionales hablan, negocian y deciden, las instituciones se ocupan luego de poner en marcha o de vigilar cómo se cumplen las decisiones que esos Gobiernos y esos políticos nacionales adoptan. Por tanto, culpar a Bruselas es como acusar a los jardineros y al servicio de mantenimiento del Santiago Bernabéu de los  fracasos del Real Madrid.
Cuestión distinta, pero no menos importante, es asumir que pertenecer a un club con 28 miembros tiene como consecuencia una pérdida de soberanía y asumir políticas que a veces gustan o benefician más y a veces menos. También las consecuencias positivas de no andar solos por el mundo, sino de pertenecer a la Unión Europea.
Mientas los ciudadanos prefieran que les cuenten cuentos, esto no cambiará. Los ciudadanos deberíamos dejar de creer en hombres del saco, cocos y burócratas bruselenses, pare exigir y luchar porque nos digan la verdad y, sobre todo, poder tener otros políticos y otras políticas.

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