viernes, 6 de junio de 2014

SERVICIOS PÚBLICOS

No deja de ser sorprendente la sumisión de las genes de este país a la vista de todo lo que se nos ha venido encima en estos últimos años y la corrupción casi institucionalizada existente. Y un ejemplo más de esta subordinación la tenemos en la aceptación de la ciudadanía, sin apenas oposición, de la sistemática negación de la atención presencial de un elevado número de gestiones por parte de algunos organismos que configuran la Administración General del Estado.
Consentir, sin queja alguna, que se nos niegue la gestión y la entrega de los más simples certificados, obligándonos a recurrir a certificados digitales e Internet pone de manifiesto la resignación de buena parte de la población. ¿Tiene lógica negar el servicio y obligar a una persona mayor, y no tan mayor, que no dispone de los conocimientos ni de los medios, a tener que buscarse la vida para obtener certificados tan simples como podría ser un duplicado del documento de afiliación? ¿Es decente empujar a muchos particulares a tener que gastarse su dinero en un gestor ante la dificultad a la hora de hacer lo que hasta la fecha eran sencillos trámites ¿Tiene lógica suprimir servicios para luego cederlos a terceras empresas, en concurso público, por unos importes que en la mayoría de casos sobrepasan con creces los gastos materiales y humanos que le podían representar a la propia administración?. Hemos de ser conscientes de que difícilmente podremos recuperar servicios y derechos una vez perdidos.

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