La decisión del Rey Juan Carlos de abdicar en su hijo Felipe ha reabierto en la sociedad española el debate entre República o Monarquía. Aunque el Rey no puede decirse que, en general, haya actuado durante su reinado en contra de los intereses generales del pueblo, no deja de ser cierto que fue un Rey impuesto al pueblo español por Franco. El debate entre Monarquía y República presidencialista es conveniente y sana. Es lógico en estos tiempos. Pero, eso sí, siempre que el debate transcurra par cauces democráticos de tolerancia y respeto. Y no por vías radicales. La fórmula republicana de Estado admite muchas variantes, y es imprescindible saber de que estamos hablando cuando decimos República. Los partidarios de la República deben entender que no basta con pregonarla por las calles o en actos políticos públicos o instituciones. Es necesario que le aclaren al pueblo en qué consistiría la fórmula de Estado por la que abogan, que propugnan, que promueven y respaldan. Sólo de esta manera podría tener lugar un debate serio y riguroso.
Ya sabemos que es y como es la Monarquía Parlamentaria porque llevamos casi cuarenta años con ella.
Pero antes de apoyarla en una eventual consulta popular, hay que saber de qué tipo de República están hablando los que la defienden. Al fin y al cabo, tanto es una monarquía parlamentaria como es un república presidencialista, el único soberano que puede haber es el pueblo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario