UN POCO DE EMPATÍA

Estamos en la época del año que todos nos hacemos propósitos de mejorar y corregir errores pasados, pues bien, a nuestros políticos hay que pedirles una cosa, empatía. Nadie cuestiona ya su incapacidad para acabar con el paro o sacar a este país del pozo en que nos han metido. Pero por faor, antes de eliminar difinitivamente el estado de bienestar, que mediten un instante que detrás de cada número de los 13 millones de españoles próximos al umbral de pobreza, hay una persona, no un dígito, y que se pongan por un momento en el interior de ese ser, de su sufrimiento, de su amargura, y que, cuando hagan un recorte social, se imaginen que también puede afectarles a ellos mismos. Empatía, por favor, que para eso no se requiere inteligencia, solo humanidad.