lunes, 8 de febrero de 2016

SECESIÓN ROJIBLANCA

El atropello sufrido ante el Mirandés desempolvó el enfrentamiento entre las dos facciones rojiblancas. Bastó una debacle la de ayer para desempolvar toda la "artillería" enfundada durante 7 meses porque no había mecha para prender.
Los partidarios del antiguo régimen dispararon contra todo y contra todos. Con el cántico emblema del anterior técnico como estandarte, poco a poco fueron sumando víctimas a su causa: Milla, Saqués, Puerto, Cendrós... todos fueron objeto de ataque por una parte de la grada ¿mayoritaria? No ¿representativa?, de un sector, ¿aprovechada?, seguro, ¿interesada?, puede ¿rencorosa y vengativa?, tal vez.
Lo cierto es que la fractura social que provocó la venta de acciones aún perdura y ayer, un sector del A. Carro la resucitó en todo su esplendor. Recibió respuesta de otra parte de la grada. Unos pitaban al equipo, al entrenador, al presidente y otros silbaban y censuraban a los que increpaban.
La primera lectura que se puede extraer es muy clara. O al A. Carro vuelve la cordura o al equipo le quemará el balón, jugará bajo una presión cuya gestión se puede convertir en una incógnita, cada gol en contra se convertirá en un plebiscito y cada derrota en un incendio social. Es la primera piedra para volver a ver a Izarras, Guijuelos y compañía.
Si la fractura social no puede ser saturada por el amor a unos colores, es la segunda piedra en el camino para cavar la tumba a la Segunda B, puede que no a corto plazo pero si a medio plazo.
Todas las acciones y opiniones son libres y respetables, no faltaría más, cada uno está en su pleno derecho de expresarlas. Pero lo de ayer en el A. Carro, primera goleada encajada, tiene "tufo" a "campaña orquestada" y preparada para reventar el primer día que el equipo sufriera una debacle.
Otro día será cuestión de analizar táctica, partido, rendimiento y planteamiento, pero la primera lectura que deja el 1-4 de ayer, es la reanudación de una "guerra" de opiniones y partidismos interesados que, para algunos, están por encima del futuro del club. Y por encima del club, no hay nada ni nadie.
Cuando en la primera temporada del anterior entrenador el equipo estuvo más de 10 jornadas sin ganar, nadie incendió el estadio, que todavía no había sido escenario de las diversas "exhibiciones" futbolísticas posteriores, o cuando la goleada encajada ante el Huesca 2-4, Almería 3-5 en el A. Carro, por no decir la debacle de Montilivi 6-0, o la ausencia de crispación de Soria con tres goles de ventaja tirados a la basura en 6 minutos.
El Lugo ha firmado su mejor primera vuelta en Segunda, ha logrado tantos puntos en la 1ª vuelta fuera del A. Carro como toda la temporada anterior, tiene 8 puntos de ventaja sobre el descenso y es el segundo equipo que menos derrotas ha sufrido en la Liga. Pues con todo ello, en la primera debacle, el estadio se convierte en un plebiscito y las gradas en un incendio. Es de todo punto lógico pensar que todo estaba "preparado" cuando menos, la gente es muy libre de pensarlo.
Los que queremos al Lugo de verdad, debemos olvidar el pasado y apoyar a nuestro equipo para conseguir los objetivos. Lo pasado, en fútbol no suma.
La afición unida es el mejor patrimonio para que el club consiga los objetivos.

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