El CD Lugo sigue en caída libre. Cinco encuentros consecutivos sin conocer la victoria, dos puntos de quince posibles y un solo gol a favor. Esta es la realidad de un equipo desconectado, donde ya no es cuestión de ganar o perder. Es cuestión de competir y por las circunstancias que sean, el equipo no compite. Los responsables de este mal tienen que buscar soluciones para evitar el hundimiento de la nave y evitar un camino tortuoso hasta el final de la competición.
Esta temporada parecía que el equipo transmitía algo diferente a las anteriores. Había motivos para soñar con algo virtual, pero para ello está demostrado que se necesita una plantilla con más fuste y esto todavía no está al alcance del conjunto rojiblanco.
El encuentro contra el Lorca parecía el idóneo para recuperar buenas sensaciones y certificar la permanencia. Todo lo contrario, el que compitió sin grandes alardes fue el rival que incluso mereció la victoria. Los cambios en el once inicial y durante el choque no cambiaron para nada la mala imagen del equipo. Y al final, un empate que no sirve para alcanzar los deseados 50.
Solamente nos queda valorar positivamente la importancia de competir la próxima temporada en la categoría. Salvo hecatombe.
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