EL MAL QUE LLEVAMOS DENTRO

Hay una tradición en la clase intelectual por desdeñar el fútbol como fenómeno de masas que proporciona las claves sociológicas necesarias para retrasar al genéricamente denominado pueblo. Y, sin embargo, no hace falta ser muy inteligente para descubrir un paralelismo entre los personajes de este mundo, el deportivo y la clase política. Las collejas de Diego Simeone, el dedo de Mourinho en el ojo de Vilanova, las paridas y desplantes de nuestros dirigentes, forman todos ellos parte del universo populista y demuestra el mal que todos llevamos dentro.