El mes pasado conocimos unos datos demográficos preocupantes. Parece ser que en 2013 más de medio millón de personas abandonaron España y solo 300.000 decidieron venir, lo que hizo que a principios de enero de 2014 la población española se situara en 46,5 millones. Por segundo año consecutivo desciende el número de personas que viven en nuestro país.
Las cifras son consecuencia de dos tendencias. Una es que España ha dejado de ser un país de inmigrantes para convertirse en uno de emigrantes. El saldo es negativo. La situación económica y la mejora de las condiciones de vida en países como Ecuador y Perú han hecho que muchos de los que vinieron hace años se estén marchando.
A eso hay que añadir una baja tasa de fertilidad. No hay suficientes nacimientos para equilibrar las defunciones. Las españolas tienen pocos hijos. En algunos casos por opción personal, pero en otros porque el contexto laboral, familiar y social se lo pone muy difícil..
La España menguante tiene consecuencias económicas y sociales. Los poderes públicos deben remover los numerosos obstáculos para las mujeres que quieren ser madres y no pueden.
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