lunes, 15 de junio de 2015

FUNERAL EN MONTILIVI


Acudían más de 9.000 aficionados el día siete de junio a llenar Montilivi con la intención de presenciar el ascenso a primera división. Enfrente, el Lugo, un equipo, en principio, inofensivo lejos de su estadio.
Todo de cara. Sandaza adelantaba al Girona y la afición soñaba con ver a los grandes del fútbol español. Pero un gol del argentino Caballero borraba esos sueños.
Se montó gorda en Montilivi, botellazo al árbitro auxiliar, invasión de campo, el Lugo tuvo que salir escoltado por la policía con una luna rota del autocar, jugadores y presidente a la cabeza proclamando a diestro y siniestro la actitud competitiva de los de Setién. No era ese el final que tenían en mente. "Siento que me han quitado algo que era mío", definió Sandaza, pero me da que no. Volvían los de Machín a su estadio después de su apabullante victoria en La Romareda 0-3, convencido que esta vez sí. Todo estaba encarrilado y pensando en Las Palmas. La grada no daba crédito. La memoria puesta en el domingo anterior, un descalabro final.
Esto es el fútbol, y tanto el presidente, jugadores y entrenador del Girona tendrían que hacer un examen de conciencia ¿Quién o quienes son/somos los culpables?. No vaya a ser que el Zaragoza estuviese primado por la UD Las Palmas.

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