Rafael Hernando dice "la polémica por la presencia de ex presidentes en el Senado es absurda, estéril e inútil". Tiene razón. Es absurdo, preguntarse a estas alturas qué hacen los barones en el Senado.
Porque lo lógico y lo sensato es preguntarse qué hace ahí todavía el Senado. Por qué sobrevive como institución. Por desgracia ya lo sabemos: para que el PP y el PSOE puedan colocar a sus jarrones chinos por un módico precio. Lo mismo que las Diputaciones: sobran. Ya está bien de chorradas. No somos Grecia, pero en algunas cosas nos parecemos bastante.
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