Durante más de 30 años, Jordi Pujol y su familia más directa han estado engañando a Hacienda, según reconoció en un comunicado. El fraude es inaudito para los que confiaron en él, en su autoridad y gestión.
Este no es el caso de un ex cualquiera. Se trata del fundador de Convergencia Democrática de Cataluña, ex presidente de la Generalitat y un político clave en la política española.
Defraudar al fisco será legalmente de una gravedad u otra según se la cantidad, pero es, traicionar la confianza de los contribuyentes, que tienen que soportar más impuesto porque algunos se olvidan de pagar al evadir dinero al extranjero.
El comunicado trata de salvar a sus hijos y esposa. Oculta la cantidad escondida, no dice a quién confió la administración de su patrimonio oculto, ni la cuota exacta de cada familiar.
Su coartada, trata de escudar a sus hijos en su minoría de edad. No hizo antes la declaración porque "lamentablemente no se encontró nunca el momento adecuado".
Pujol pide perdón a la gente de buena voluntad. Es lo más digno de su confesión. Difícil de tragar que sea "tema personal", el mismo día en que el partido da a conocer el nombre del sustituo de Oriol Pujol. El caso Pujol parece plural. Mancha a su obra, a su partido y a su Gobierno. No se puede tratar a los ciudadanos de estúpidos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario