El Mundial de fútbol, que ya se acerca a su final, está ofreciendo más sorpresas de las que se esperaban. España desterrada del torneo en primera ronda. Los nuestros tuvieron que comerse el orgullo y volver a casa ante el asombro de unos y las burlas de otros, Alemania saltó al césped con su rodillo, y planchó a Brasil, que en menos de 30 minutos ya había encajado cinco goles.
Los brasileros, se mostraban como sombras chinescas, incrédulos ante lo que estaba ocurriendo. Fue una noche aciaga para la anfitriona que tendrá que aprender una lección, que a todos les vendrá bien asimilar, el fútbol es sólo un deporte, que ciertamente levanta pasiones, pero un deporte al fin y al cabo, y que saber perder, aunque sea contra todo pronóstico, es mucho más aleccionador de lo que imaginamos.
Ánimo, borrón y cuenta nueva, a por la próxima en 2018.
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