Cada año, el índice de natalidad de España desciende alarmantemente. En la mayoría de países desarrollados los gobiernos promocionan los nacimientos con incentivos sociales y económicos, pero nuestro país carece de ayudas que lo estimulen.
La población, envejece, poniendo en serio riesgo el pago de pensiones por jubilaciones. Ahora que dicen que España comienza a despertar del letargo recesionista, nuestro Gobierno debería plantearse estudiar medidas urgentes para paliar este problema, de otro modo se detendrá, de forma irreparable, el progreso social y económico de este país.
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