miércoles, 23 de julio de 2014

REFLEXIÓN POLÍTICA

Si algo hemos aprendido los ciudadanos de este país en los últimos decenios por los que ha transitado nuestra política es que la democracia parlamentaria es mejor que la dictadura que padecimos, y también gana por goleada a los sistemas políticos de economías colectivizadas. Es de recibo afirmar que la crisis nos ha demostrado que la democracia de nuestro país, y la de los países de nuestro entorno, es débil, llena de corrupciones, al albedrío de los auténticos dirigentes económicos y, por lo tanto, precisa de reformas radicales que permitan acabar con la exclusión social de los ciudadanos a causa de la crisis. Habrá que buscar, por enésima vez en la historia, fórmulas que respeten las conquistas individuales y colectivas de la democracia, y que eviten que unos cuantos tiburones puedan controlar y exprimir a la sociedad, y cada vez con mayor impunidad.

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