martes, 16 de septiembre de 2014

FALTA DE AUTOCRÍTICA

La decadencia del PSOE viene de lejos, como muestran las cifras y las declaraciones de Felipe González que se destapa como quien ya no tiene nada que perder. Su íntimo colaborador y sucesor, Rubalcaba, heredó, profundizó y consolidó el desastre. ¿Lo superará, incluso, su ayudante de tercera fila, Sánchez? Demasiados síntomas en estos pocos meses hacen sospecharlo.
El último gesto del nuevo dirigente ha sido tan desastroso que ha provocado airadas reacciones en sus mismos compañeros de partido, al pretender echar la culpa de los problemas del PSOE a la competencia de derechas e izquierdas. Algo obvio en democracia, y que no tendría ni que importarle si su partido no se debilitara internamente, pero en Sánchez la autocrítica y la reforma brillan por su ausencia. Y encima va de sobrado, pretendiendo que en las próximas elecciones va a poder gobernar sin apoyos.

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