La incorporación de nuevos actores al debate político del país, como Podemos o Pedro Sánchez en el PSOE, está resultando muy positiva para todos por la claridad de las propuestas que hacen a la gente y a sus contrincantes, por su disposición franca para debatir sin reservas y, lo que tal vez es más importante, por el tono educado y respetuoso que usan con sus oponentes.
El desdén hacia los demás, que ha venido afectando a todos nuestros políticos desde siempre, vemos ahora que gracias a ellos retrocede levemente. Un ejemplo, el exministro Ruiz-Gallardón en su despedida ha sido respetuoso, lo cual es de agradecer. En contraposición seguimos viendo a dos de los políticos más relevantes, Rajoy y Más, gestores ambos del problema catalán, anclados en los roles de la vieja escuela, en la de la sutil indiferencia.
Rajoy y Más están obligados a entenderse, y a rectificar con el fin de solucionar un conflicto que cada día separar más a unos ciudadanos de otros.
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