EL IVA Y SUS EFECTOS

Mucho se oye reivindicar la bajada del IVA en el ámbito de la cultura, y concretamente el sábado pasado se volvió a reclamar en la gala de los Premios Goya. Es de creer que a todos nos gustaría que nos bajaran los impuestos, y no solo en la cultura, sino también en todos los productos y servicios con especial incidencia en el recibo e la luz, el gas, los alimentos y otros a los que una gran parte de la ciudadanía se ven obligados a renunciar por su situación económica.
Quienes pasan frío en invierno y no disponen de medios suficientes para dar de comer a sus hijos, pocas posibilidades tienen de acudir al cine, al teatro o a comprar libros para instruirse, por muy bajo que el porcentaje de impuesto aplicado en estos bienes culturales. Sin embargo, quienes muestran interés por la cultura y la distracción, si no carecen de los servicios mínimos imprescindibles para llevar una vida digna, disfrutan de la cultura cualquiera que sea el porcentaje de impuesto que a este se aplique, como así quedó demostrado en la afluencia de personas que acudieron al cine en 2014, considerado como el año e mayor facturación de los últimos tiempos, a pesar de ser en este periodo el que más IVA ha soportado.