sábado, 14 de febrero de 2015

NUESTRA GRAN DEUDA GRIEGA

Se oye en la tele la deuda griega, lo que ese bello país debe a cada español, unos 1.000 euros. Puesto que nos asignan ese papel de acreedores, se puede sugerir que nos devuelvan lo prestado. Todos hemos prestado cantidades semejantes a un hermano o a un amigo que lo necesitaba, o nos lo han prestado a nosotros. Cuando ese hermano o amigo está en semejante situación y le es imposible devolver los 1.000 euros, no deseamos que viva miserablemente ni le pedimos que se haga el haraquiri, tan solo que modere ciertos gastos(no en sustento, calefacción, ropa o material escolar) y que nos los entregue cuando pueda. Con el tiempo ni siquiera nos acordaremos de aquella deuda.
Cuando éramos más ingenuos y creíamos que la Unión Europea era una hermandad de naciones libres, unidas por los derechos sociales y la democracia, ese invento griego que cada día pervierten nuestros políticos. Como acreedores de esa cantidad, deberíamos exigir que se trate a Grecia como un hermano de sangre ¿de verdad no es posible dejar que los griegos paguen poco a poco, y sin obligarlos a vivir en la miseria?

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