Estamos asistiendo a las consecuencias de la venta de viviendas de carácter social y titularidad pública a los llamados fondos buitre. Hace más de un año ya comenzó a hablarse de los fondos de inversión extranjeros que aprovechando la caída de los precios comenzaron a comprar vivienda de titularidad pública. Entonces se hablaba de las bondades de ese capital que aterrizaba en España de la depresión.
Familias desahuciadas por no poder pagar los abultados alquileres que los nuevos caseros les han impuesto, mientras que el ayuntamiento de Madrid presume de haber reducido el déficit. Todo a costa del desamparo de los cientos de familias. No se puede sacrificar a las personas para conseguir un ajuste presupuestario. La dignidad del ser humano está por encima de los balances contables.
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