No hay palabras para calificar el comentario de Mariano Rajoy, presidente del desgobierno de España, sobre la ministra Ana Mato. Dice de ella que está haciendo las cosas muy bien y espera que lo siga haciendo durante mucho tiempo. Absolutamente increíble para quien tenga un mínimo de sentido común, la decencia y de respeto a los ciudadanos de este país.Acceder voluntariamente a ser beneficiaria, junto con otras personas, de la financiación irregular de su partido político, ¿es hacer las cosas muy bien?. Crear una inútil e ineficaz comisión de expertos para deliberar sobre la píldora del día después cuando ya la Agencia Española del Medicamento dijo alrededor de 2001 que, en caso de venderse, debía venderse bajo receta médica, ¿es hacer las cosas muy bien?. Permanecer totalmente ajena e inactiva, ante la lentitud y pasividad del ministro de justicia, en un tema sanitario del aborto, ¿es hacer las cosas muy bien?.
Parecía que, después de las ministras Bibiana Aído y Leire Pajín, ya nadie podía hacerlo peor. Creo, lamentablemente, que Ana Mato ha dado ya muestras suficientes de que efectivamente, si a alguien se lo propone, se puede hacer peor. Y Mariano Rajoy ha dado muestras suficientes de ceguera al evaluar a sus ministros.
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