A pesar de la mala opinión y valoración que parte de la sociedad tenemos en general de la política de nuestro país, no deja de sorprenderme la manara de huir del Congreso que protagonizaron los diputados. Se disponían a disfrutar del puente tras haber votado, pero sin esperar al resultado de la votación e incluso sin que se hubiese levantado la sesión. ¿Se imaginan a un doctor que tras practicar un perfecto bypass, no esperara a que el corazón lata? ¿Un abogado que abandona la sala sin saber si el juez le ha admitido una prueba para el juicio?.
Unos se atreverán a opinar que no era tan urgente ni necesario quedarse.¿Se quedarían si la aprobación del proyecto de ley supusiese su inhabilitación como diputado? ¿Quién decide qué importancia tiene una votación?. En fin, el socialista Germán Rodríguez ha contestado indignado ante las críticas: "Cuando acabamos nuestro trabajo tenemos la mala suerte de querer irnos a casa". Pues yo le digo que vaya suerte tiene usted. Hay casi seis millones de españoles que no pueden salir corriendo de su trabajo, más que nada porque no lo tienen.
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