ORDEN PÚBLICO Y SEGURIDAD CIUDADANA

El orden público fue un invento de Franco, una excentricidad más del dictador que se dirigía a los criminales como era costumbre de la época, pues Franco legislaba con la estola de zorro. El dictador inauguró el orden público como si fuera un pabellón de deportes y fundó, dicen una vieja leyenda, la clase media, que es la ley de los franquistas. Una vez ordenada la calle, la puso en manos de Fraga, este siempre anduvo dos paso atrás de su tiempo. Con la democracia el orden público cogió polvo hasta que llegó Corcuera y una ley que venía a recordar a Churchill. Como fuera terminó como todos los felipistas de la época. Ahora el PP, en una de las pocas veces que toma nota de las movilizaciones populares, propone subir las multas para disturbios y elevar la impunidad a la policía, no se sabe ya a qué alturas. El PP regresa a una vieja pasión, el orden público y la seguridad ciudadana, concepto que Gallardón dejó aplicados en Madrid con cierta modestia. Este celo que ponen los gobernantes en protegernos suele terminar con un padre en los juzgados sacando a su hijo detenido allí.