viernes, 15 de noviembre de 2013

EL PRESTIGE Y EL DESPRESTIGE

Los jueces, en general, no están en su mejor momento. Entre la doctrina Parot, la infanta y los pájaros escapados de la jaula, ya habían recibido un golpe visible. Ahora, se resuelve el caso Prestige. La Audiencia de A Coruña absuelve del delito medioambiental más grave en un una larga serie de quinquenios, a todos los acusados. Para cubrir su rubor, sólo el capitán recibe una pena de 8 meses por desobediencia. Mejor es no recordar la solidaridad que cundió por toda España. Una catástrofe incomparable con otras europeas. Pero lo cierto es que, para este viaje judicial tan largo, no necesitábamos alforjas. Tras diez años de instrucción y nueve meses de juicio, estamos peor que estábamos. Lo cierto es que, con jueces que solo pueden cumplir su propia sentencia, lo mejor es callarse y ofrecer los sufrimientos ocasionados como muestra de la hermandad. Que pena que eso nos aproxime al ridículo y el abuso de los contribuyentes.

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