Quien necesita más pruebas del fenómeno, ahí tiene la reacción de las autoridades deportivas brasileñas a la declaración, por escrito y ante notario, el jugador del A. Madrid Diego Costa de que prefiere jugar con la Selección Española.
La elección de Costa ha desatado amenazas en las autoridades deportivas del país rechazado. La acusación más suave es la de traidor a la patria.
Hay que recordar que el interés de Escolari por Costa apareció 30 segundos después de que la Feeración Española anunciar su deseo de convocarles. Un interés subsidiario, solo para evitar que jugara con la roja. Por otra parte, no es menos cierto que siendo seleccionador de Portugal, Escolari reclutó a dos brasileños, Pepe y Deco, para el equipo luso. ¿Pepe y Deco no traicionaban el sueño de la verdeamarelha?.
Es decir, Brasil renuncia a Costa, pero litigará para que España no lo seleccione. Su único beneficio será el perjuicio de Del Bosque. Costa es un jugador que merece estar en un Mundial, sea con una camiseta o con otra.
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