HASTA QUE EL NOTARIO OS CASE Y OS DESCASE

Frente a los que se preguntan para qué sirven un notario, dado que hay países que funcionan bien sin ellos, el Gobierno proyecta adjudicarles nuevas competencias. Dice Gallardón, que con esas nuevas tareas no se trata de compensar las pérdidas del sector, una vez hundida la burbuja inmobiliaria. Pero lo cierto es que otorgarles la potestad de casar, descasar y realiza trámites ahora reservados a los juzgados responde también a una demanda de los notarios.
Sea como fuere, notarios y registradores tendrán dentro de unos meses nuevos cometidos que, de paso, liberarán un tanto a los jueces, auténtica finalidad oficial de esta novedad que entrará en vigor cuando el Parlamento apruebe la Ley de Jurisdicción Voluntaria.
Puede que algunos de los trámites que en próximo futuro puedan solventar los notarios y registradores les supongan una inyección extra de ingresos, como expedientes de carácter sucesorio, las subastas voluntarias o los nombramiento de auditores para el examen de cuentas de empresas...
Pero las bodas son un negocio en claro declive, y ello a pesar de casarse por lo civil no cuesta un duro, a diferencia de lo que es habitual cuando se pide que la ceremonia la oficie un cura.
Los contrayentes podrán elegir: Ayuntamiento, el cura o el notario. El Gobierno tenía la opción por apostar por otra fórmula de despejar los juzgados sin dañar los bolsillos de los contribuyentes, pero ya se sabe que no es fácil que sus decisiones vayan en otra línea. Los notarios no trabajan gratis y cobrará 95 euros por boda. No hay que descartar que algunos ofrezcan extras con los que aumentar sus emolumentos y, de paso, dar mayor brillo al evento como habilitar salones especiales o desplazarse hasta donde los novios deseen. Lo novedoso será por tanto verles competir con curas y concejales.