Cuando en 1952 Berlanga rodó la película Bienvenido, Mister Marshall, no se imaginaba que en el siglo XXI se iba a repetir su historia, aunque en esta ocasión el director no iba a ser él, sino el señor Sheldon Adelson con su proyecto Eurovegas, en el que ofrecía 200.000 puestos de trabajo a cambio de hacer una legislación especial para él con modificaciones en leyes como la antitabaco, legislación laboral y ley del juego, y el aval el Gobierno en la consecución de créditos. A estas peticiones hay que añadir la que blindaría el acuerdo a futuros cambios de Gobierno o las pérdidas en su negocio.
Pues bien, hasta aquí llegó Eurovegas, el sueño americano, ya que el Gobierno no acepta esta última petición y Adelson ha declinado la construcción de su complejo en España. Somos muchos los que no deseábamos que este sueño s convirtiera en realidad. Era un chantaje que no se podía aceptar. Era un proyecto que solo aportaría precariedad laboral, corrupción, blanqueo de capitales, prostitución, ludopatía, etcétera. Bye, bye, Eurovegas.
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