Desde hace ya mucho tiempo seguimos asistiendo al discurso político y social que reclama medidas contra el paro juvenil. Sin entrar en el hecho de que aún no se han aportado soluciones efectivas de ningún tipo, hay que ver que esto no es más que una simplificación del problema. La lacra del desempleo afecta a gente de todas las edades. Hablar de paro juvenil y detener ahí el discurso es como si, ante una pandemia, solo de tomaran medidas sanitarias destinadas a los más jóvenes, dejando al resto de afectados a sus suerte.
Sería bueno empezar a dar al desempleo el mismo tratamiento que se daría a una epidemia, no reparar en medios para su erradicación y que todo ciudadano con medios arrime el hombro, siendo el Gobierno, que en la actualidad protagoniza una alarmante dejación de funciones, el que lídere ese proceso.
Y que todos tengan la misma oportunidad de "curarse", de volver al mundo de los que trabajan, independientemente de la edad que tengan.
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