miércoles, 14 de mayo de 2014

EUROVISIÓN , UN CACHONDEO

Conchita Wurst acaba de ganar el festival de Eurovisión. Un hombre vestido de mujer con una tupida barba para que no quepa duda de su género. Homosexual, orgulloso de serlo y con un mensaje de tolerancia que transmitir. Y Eurovisión es una plataforma perfecta para hacer llegar mensajes de cualquier valor.
Pero observando a los participantes más sonados de las últimas ediciones de Eurovisión(Wurst, Lordi o el patrio Chiquilicuatre)cabe pensar si estamos ante una platarforma para transmitir un mensaje o si hay que ser diferente, polémico y lo más extravagante posible para tener la mínima opción de ganar. En tal caso, si el personaje, el disfraz y la historia del participante forman parte de una campaña de marketing para hacerle ganador, el mensaje pierde el sentido convirtiéndose en un burla.
A lo mejor Conchita ahora está en casa riéndose de todos por haber picado el anzuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
;