miércoles, 7 de mayo de 2014

FRONTERAS CONTRA EL HAMBRE

Las cadenas de TV están repitiendo, una y otra vez las imágenes de los últimos asaltos a la valla de Melilla. Históricamente, nunca habíamos visto unas imágenes como esas en ninguna de las fronteras calientes que existen en el mundo. Esas masas de personas, de varios ciento o quizá miles, acercándose a una valla metálica de altura considerable, y una vez al pie de las mismas trepar por ella y quedarse en la parte alta, debido a que las fuerzas de la Guardia Civil les impiden, con procedimientos insólitos, descender al lado español, es un espectáculo lamentable. Lo último que se ha visto es a un guardia civil rociando con un extintor contraincendios a uno de los asaltantes. La sensación que produce todo esto es de vergüenza. Vergüenza por los países donde se desarrollan estos hechos, España y Marruecos, y vergüenza por la civilización occidental que es incapaz de tomar la iniciativa en un asunto que afecta a los habitantes de dos continentes, el mundo feliz, Europa y el malpaís, África. Resolver esta desgracia deber ser una prioridad de la UE, pues es la credibilidad de sus valores y su cultura lo que está en juego.

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