LA MANO EN LA CAJA

Todo el asunto de las tarjetas de Caja Madrid, imaginemos que hubiera sido un experimento, una especie de estudio sobre conducta o comportamiento humano. Incluyeron 86 participantes, de diversas procedencias y diversa ideología política. Se partía de que aquí tenéis una caja llena de dinero, que en un principio no es vuestro pero que será vuestro en cuanto lo toméis, y podéis tomar lo que os venga en gana y cuando os parezca sin dar explicación. El resultado, 82 sucumbieron a la tentación y metieron la mano, algunos las dos y a manos llenas, y solo cuatro resistieron a la tentación. La codicia vence por goleada sobre la honestidad. Ahora imaginemos, en hacer extensivo este caso a la totalidad de cargos, gobernantes y gestores de lo público, comenzando por ayuntamientos.