Se oye con frecuencia esa cantinela de que la democracia de este país tiene menos categoría que la de los países europeos. Los que así opinan argumentan que en Europa por cualquier cosa el político dimite, mientras que aquí eso no sucede jamás. Pues bien, la semana pasada dimitió un ministro ¿Salud democrática?.
Es de temer que no. Cuesta creer que lo haya hecho por una razón de principios.
Los dos grandes partidos hastían. El PSOE tiene por principios aspirar a que no haya principios, si todo vale, somos más libres. Absurdo. Pero el PP es peor, es un partido acobardado que cambia sus principios según cambian las corrientes de opinión, se ha convertido en un partido populista.
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