Cerraba tres temporadas que habían abortado una supremacía, la del Barca, pero no habían dejado la Décima.
Mourinho se va entre palos, despojado de ropas y sin perros que le ladren.
Personaje excesivo, por tanto necesariamente para la prensa, Mou ha desgastado a todos, su figura exige tantas atenciones que al final se ha enterrado por una coca y por la contraria. Cuando El Madrid arrasó la Liga le riñieron por ganar, ya que ponía a jugadores que él no quería poner.
Mourinho ha cometido errores estrepitosos y ha desbarrado para espanto de los buenas morales, que en sus apelaciones a los niños deben de pensar que el fútbol es una asignatura, que lo normal es tener 19 años y ganar 6 millones de euros, pero no que un señor proteste una decisión arbitral. Esto es parte de una doctrina según lo cual el fútbol es para elevar a catecismo de buenísimo santurrón. Mera pasión, muchachos mera infancia de barrio marginal. Patadas a las latas, levantarle la chica a un amigo. La vida no era un laboratorio de diseño en el quien nos diga lo que está bien y lo que está mal. Mou ha perdido en el vestuario, donde pasó el año enfrentado a CR, problema de egos, los dos querían atribuirse el éxito, dicen en el club.
Como suele pasar, no hubo éxito y solo frustración. Tampoco Florentino, como en el pasado, pudo frenar el belicismo sordo de la plantilla más famosa del mundo, la plantilla del RM.
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