Que España es el país de las paradojas, a estas alturas no debe sorprender a nadie, o casi nadie, porque a decir verdad a mi me siguen sorprendiendo. Quizá sea yo muy fácil de sorprender.
Paradoja de país con los jóvenes, según dicen, más formados de la historia y con uno de los mayores índices de fracaso escolar de la Unión Europea y de los países occidentales.
Paradoja de país con las mayores tasas de desempleo de la UE (por encima de Portugal, Grecia e Irlanda), en consecuencia con un importante grado de pobreza, y con uno de los mayores índices de ventas de artilugios relacionados con las nuevas tecnologías.
Paradoja de país que tiene en estado de alerta el ídem de medio-estar (nunca fue, aunque ahora nos quieran hacer ver lo contrario, del bienestar) y, tiene el mayor número de líneas de alta velocidad de la Unión Europea. Y el mayor número de aeropuertos, de circuitos de velocidad y de autopistas sin peajes.
Paradoja de país que añora tiempos del boom económico, de la burbuja inmobiliaria, y no recuerda las dificultades que tenía una gran parte de la población para acceder a un vivienda digna.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario