EL VALOR DE LA SOCIEDAD

La llama de la democracia se apaga, todo por culpa de algunos políticos, sus trapos sucios y mentiras. En consecuencia, la sociedad actúa como si de un volcán en erupción se tratara. Los gobernantes nos tratan como a un segundo plato. Ese tipo de actividad es un defecto que se ha propagado como una plaga, a lo largo de los años y haciéndose más consistente. Llegó el día que la olla a presión de la economía explotó. Es de creer que no está todo perdido, esta sociedad posee unas virtudes que pueden ser aprovechadas. Para empezar hay que cambiar algo más importante que la Constitución; la mentalidad.