
También se espera una baja participación. Por varios motivos. La fecha y el hartazgo entre la población con la clase política.
La posibilidad de unas terceras elecciones ya está en el ambiente. La cerrazón de las cúpulas actuales de los partidos y los vetos cruzados hace pensar que el 26J no servirá de nada y que habrá que volver a votar.
Pese a la inutilidad de esta próxima campaña, los "incapaces" no han renunciado a recibir el dinero y las subvenciones oficiales. Si ni siquiera se han puesto de acuerdo a la hora de rebajar los gastos, resultaría inaudito que dijeran no a esos fondos procedentes de las arcas públicas. Y es que los nuevos comicios nos van a costar a los españoles más de 150 millones de euros.
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