Un Lugo decepcionante. Una despedida de una ilusión de malas formas. Con un once inicial inédito. Desde el primer momento se tiró el encuentro. Un entrenador permitiéndose el lujo de dejar en el banquillo a sus dos jugadores más determinantes en el ataque. Difícil de explicar y más difícil de entender. Da que pensar muchas cosas.Una Ponferrradina, con el agua al cuello pero que con muy poca cosa le sacó los colores a un Lugo desdibujado y falto de ambición. Los nuestros, dos llegaditas al área rival en el primer acto y dos ocasiones en los minutos finales a raíz de la inclusión en el terreno de juego de los que tenían que estar desde el primer minuto de juego, Pereira y Caballero.
Al señor Durán se le nubló la vista. Y le regresó la visión en el minuto 63 cuando realizó tres cambios de una atacada. Demasiado tarde ya que desde el minuto 54 de juego el Lugo ya perdía por un claro 2-0 y todas las opciones ya se habían lapidado desde el minuto uno. Motivo por los que los seguidores que arroparon al equipo en El Toralín salieron decepcionados por la poca ambición del equipo.
Efectivamente el fútbol simplemente es un juego, pero también es una ilusión y unos sentimientos hacia unos colores y esto hay que respetarlo por encima de todo.
Nos queda la alegría de que la próxima temporada seguiremos en la categoría. Y todos firmaríamos ahora mismo que el próximo curso sea igual al presente.
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