jueves, 25 de julio de 2013

DETROIT, UNA CIUDAD EN QUIEBRA

El futuro que nos espera guarda parecido con el presente de Detroit. La ciudad de Michigan, identificada como la capital mundial del automóvil, ha presentado suspensión de pagos con una deuda de 18.500 millones de dólares.
La ciudad corroída por la deuda, azotada por el crimen organizado y desvertebrada por la desigualdad, se declara en quiebra.
El auge de la industria automovilística en los EEUU provocó la creación de numerosas megalópolis en el Medio Oeste americano, uno de los ejemplos más llamativos es la ciudad de Detroit. Despúes de la década de los cincuenta hubo un gran retroceso en la industria, debido en gran parte a la externalización de muchas de las empresas y a una mayor competencia del sector. Es lógico pensar que la ciudad de Detroit ya no está preparada para mantener las infraestructuras creadas para una megalópolis. Las soluciones planteadas han sido recortar los servicios urbanos de la ciudad. Esto ha provocado un aumento del éxodo de la población de Detroit y su capacidad, ya que han hecho de Detroit una ciudad hostil para vivir.
Detroit es la viva imagen del destino que tienen las sociedades que se basan en un crecimiento exponencial en que lo único importante es el crecimiento como hecho en si, pero nunca se evalúa cual es la dirección de ese crecimiento. En este mundo globalizado, se observa con envidia al continente, país, ciudad o pueblo que crece por encima de la media, y se toma como referencia para nuestros futuros planteamientos el dogma "el que más crece será el más fuerte".
Entre la ruinas de Detroit, existe un grito silencioso que alerta al mundo sobre cuál no es el camino a seguir.

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