lunes, 29 de julio de 2013

LOS MISTERIOS DE LA GASOLINA

Por daños y perjuicios, la subida del precio de la gasolina equivale en las sociedades urbana a los nublados, pedriscos y plagas de langostas de las sociedades rurales. Es un mal persistente, inmune a tratamientos de todo tipo, acuerdos con petroleras y gasolineras, denuncias de colisión de precios, inspecciones sorpresa de las empresas implicadas, sanciones o admoniciones de ministros. En vano. La gasolina de 95 prosigue su escalada. Se ha encarecido más del 2% en 20 días de julio, un 9% en un año y está apenas a 5 céntimos del máximo histórico. De vez en cuando produce absurdos castizos dignos de Poncela, como el llamado "efecto lunes", hoy ya disuelto por la acción ministerial, que consistía en bajar en comandita los precios el primer día de semana porque en esas fechas se enviaban las estadísticas a Bruselas.
Centrémonos en el misterio. Los precios antes de impuestos de las gasolinas en España son superiores a la media europea por varias razones: 1. El mercado de carburantes está dominado por pocas empresas, 2. La estructura vertical del mercado(petroleras-estaciones de servicio) no encuentra competencia eficaz en los supermercados e hipermercados-que en Francia sí contribuyen a bajar los precios-en parte porque se suministran de operadores nacionales a los mismos precios de las gasolineras, 3. Hay acuerdos de precios-hasta ahora, no probados-porque las sanciones son más rentables que el reporte de el mercado.
La solución podría ser una ley de hidrocarburos, pero ¿sería capaz de romper el hipervínculo entre petroleras y estaciones abanderadas?. Por si acaso, sería buena idea consultar la opinión de algún teólogo o tener a mano un exorcista.

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