viernes, 12 de julio de 2013

LA ECONOMIA PESA MAS QUE EL DEPORTE

Equipos, clubes y atletas luchan por sobrevivir ante el descenso de ayudas y de mala gestión
Ganar ya no es suficiente. El Atlético de Madrid de balonmano, campeón de Copa y segundo en la Liga Asobal, firmó su desaparición, incapaz de levantar vuelo económico trasladado desde Ciudad Real hace dos años y el Caja Segovia, semifinalista de la de fútbol sala, se reconoció incapaz de depositar los 47.000 euros que cuesta la inscripción en el próximo campeonato. Son las dos últimas victimas del tsumani económico que se cierne sobre el mundo del deporte, que empezó con la retirada de patrocinadores, siguió con un recorte de subvenciones públicas y no parece tener fin.
La crisis no distingue entre los deportes que son negocio, con el fútbol a la cabeza y los que no. Clubes como el Salamanca, Badajoz y Palencia han desaparecido y otros muchos luchan por sobrevivir en un mar de dudas. El Racing de Santander y el Xerez, descendidos a segunda división B, están en una situación crítica, y otros pugnan por cumplir con su particular ristra de acreedores.
Más de una veintena de clubes han solicitado concurso de acreedores. El Deportivo, campeón de liga en 2000, tiene una advertencia de liquidación. El Valencia campeón en 2004, tiene un estadio a medio construir. El Málaga ha pasado de la Champions a perder licencia UEFA.
Si en el caso del fútbol la crisis ha agravado la mala gestión de muchas entidades, en el caso de deportes olímpicos, mucho más dependientes del dinero público, la situación es crítica. El grifo de las subvenciones se ha cerrado, lo que ha provocado la asfixia de no pocas federaciones y, con ellas, la de muchos de los mejores deportistas de España.
Los gimnastas acaban de ver como el médico y uno de sus recuperadores eran despedidos y sus servicios sustituidos por los de una clínica privada. Otros muchos se han visto obligados a competir fuera de España. Y otros se quedarán con las ganas de participar en las grandes citas internacionales.
Los hay que han preferido emigrar, como David Cal y muchas de las Campeonas de Europa de Baloncesto. Y los hay que empiezan a hartarse de la situación y han decidido protestar y ya de nada sirve subir a la ACB si luego no se puede pagar el canon de entrada.
Los deportistas, como muchos de los dirigentes, solo ven un revulsivo en el horizonte, la posible elección de Madrid como sede de los Juego Olímpicos de 2020.

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