jueves, 11 de julio de 2013

EL BALONMANO SE DESANGRA


La desaparición del Atlético de Madrid, campeón de copa y subcampeón de liga, es el golpe de gracia a un deporte que hace medio año se esperanzaba para ganar el oro en el Mundial.
La falta de patrocinio, de inversores, de dinero, sacudió al balonmano español, cuyos éxitos en la cancha son inversamente a la pujanza de sus clubes. El país que en enero encumbró en casa a la selección como Campeona del Mundo vio ayer irse al garete al segundo equipo más importante, subcampeón en las dos últimas ligas, campeón de copa y cuartofinalista en la liga de campeones. La desaparición del Atlético por las deudas supone un mazazo para el tercer deporte de equipo en número de licencias. Un sopapo que desató la alarma en el Consejo Superior de Deportes, al que sorprendió la liquidación del equipo rojiblanco.
La segunda desaparición del Atlético se confirmó un día antes de que se cumpliera el segundo aniversario de una aventura hacia ninguna parte. El 10 de julio de 2011 el Ciudad Real anunciaba que abandonaba la ciudad manchega ante la falta de patrocinadores. Se trasladaba a Madrid, donde crecería, confiaban, bajo el cobijo del Atlético de Madrid. Casi 20 años después de que Jesús Gil decidiese poner punto final a la sección de balonmano, los rojiblancos retornaban a la Asobal. El Club aportaría al Balonmano Neptuno el nombre, el escudo y algo más de un millón de euros al año en modo de patrocinio. A cambio uno de los equipos más laureados de la última década, construido con el dinero del empresario Domino Díaz de Mera, luciría los colores de un histórico en los años 80.
Todo ello dio un vuelco las últimas semanas. Día de Mera, según han confirmado diversas fuentes, confiaba en cerrar, tras varios intentos en vano con Liberty y Reale, un patrocinio con la compra de Teka, que tampoco llegó a fraguarse al no dar los bancos el visto bueno a la operación.
La situación se volvió insostenible al conocerse que hacienda no iba a negociar la deuda de 915.000 euros, más impagos a jugadores y proveedores la deuda total ascendía a 1.700.000 euros. La negativa de hacienda implicaba el embargo de las cuentas, incluido el patrocinio del equipo de fútbol. Y Díaz de Mera dijo basta:"Llevar tanto tiempo aguantando golpes, al final, igual solo por un roce en el brazo decides acabar. Con la que está cayendo es imposible seguir metiendo el dinero  que metías", argumentaba ayer el empresario.
Solo el Barcelona vive en una realidad paralela, y es el único equipo de España que se puede permitir lujos. Si el año pasado la Asobal resultó un paseo para ellos, este año la perdida de nivel es alarmante.

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