sábado, 20 de julio de 2013

UNA PELICULA DE SENTIMIENTOS

Mientras una parte de la afición futbolística suspiraba por saber cuanto ha costado Neymar, cuántas comisiones se han pagado y a quién, la inteligencia barcelonista hizo una cinta y parió un serial que funciona como absorbente distracción.
Veamos, si no: Pep Guardiola, estandarte, del Barcelonismo aunque ahora en el Bayern del presunto evasor Uli Hoeness, montó en cólera y causó al presidente del Barça, Rosell, de acoso o para, a continuación, ponerse emotivo con su sucesor, Tito Vilanova. La platea rompió en llanto, porque hay que ser muy canalla no conmoverse antes los corazones rotos, y automáticamente se centralizó en titistas, guardiolistas y rosellones.
Tanto desparrame sentimental, tanta emotividad a flor de piel, tienen un culpable. Es Mourinho. Su vergonzosa huida hacia la Premier League, donde a sabiendas que nadie le toma en serio, deja la Liga española con un déficit de perversidad que inicita a la ternura sin control. El discurso de Mourinho galvanizaba la reacción interna ante el enemigo exterior, en Madrid y Barcelona, sin él, el fútbol será una tribu fragmentada y dispersa.
El serial es el futuro del fútbol.

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