lunes, 10 de febrero de 2014

CONDENADOS A VIVIR EN B

A veces nos sorprendemos cuando oímos que la economía sumergida alcanza cerca del 25% del PIB español.
Cada día ves personas inmersas en ejecuciones hipotecarias o préstamos a los que le queda la deuda después de entregar su finca u otros bienes y que, en el supuesto de pasar a mejor fortuna, ingresando en nómina más de los 645 euros mes correspondientes al salario mínimo, saben que se les será embargado todo exceso. Asimismo, comerciales y transportistas que son contratados por supuestos empresarios que les hacen un contrato mercantil, a quienes obligan a ser autónomos y no les garantizan unos ingresos mínimos y que saben que, en el momento en que se den de alta, perderán los 426 euros de Zapatero.
Puesto que la vida en sociedad supone un fuerte ejercicio de responsabilidad individual y de asumir cada uno las cargas contraídas, supongo que también esta vida en sociedad puede servir para que, colectivamente, protejamos a los más débiles y vulnerables. Sin ánimo de hacer ningún tipo de demagogia, si las entidades bancarias han recibido ayudas y se les han condonado deudas, quizá nos deberíamos plantear quitas a estas deudas de personas condenadas a vivir en B. Tal vez lo podamos hacer ya. Tal vez, si no lo hacemos ahora, tengamos que hacerlo a posterior, cuando la economía sumergida supere el 50% del PIB y sean cinco los cotizantes a una Seguridad Social insostenible. Y entonces habrá que hacerlo deprisa, tarde y mal. Tampoco nos sorprenderá, pues es lo habitual en este país.

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