martes, 8 de octubre de 2013

EL COLECCIONISTA DE PENES

Sigurdur Hjartarson, este historiador y profesor jubilado ha fundado la Faloteca de Islandia, un peculiar museo que exhibe 300 vegas de animales, una de ellas humana.
Todo comenzó con un pene de toro. Cuando era un niño, el profesor pasaba los veranos en el campo. Corría el año 1945 y al joven Hjartarson le dieron un vergajo para lo curara como látigo. En 1974, repsando esta anécdota con los profesores del colegio, el profesor comentó que sería interesante tener un pene de toro como recuerdo de aquella época. Pocos días después, uno de sus colegas le trajo 4 vergas de toros. El profesor los secó, regaló 3 de ellos a sus amigos.
Las bromas de sus colegas no se hicieron esperar, así que empezaron a traerle penes de ballena para tomarle el pelo. Y poco a poco surgió la idea de coleccionarlos. Aquello fue creciendo hasta que een 1967, cuando había reunido 62 ejemplares decidió abrir un museo en Reikiavik para mostrar su peculiar colección, que ya cuenta con casi 300 falos de 92 especies y se ha convertido en una atracción turística. Por si no fuera suficientemente excéntrico tener un museo de penes, la descripción de cada ejemplar está también en esperanto. Bienvenidos a la Faloteca Nacional de Islandia, un asombroso lugar en el corazón de Reikiavik que desde 2011 exhibe un pene humano. Lo donó el nonagenario

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